TODO GREY

martes, 28 de febrero de 2017

Todo Grey - Sus obsesiones - Capítulo 9 - Elena

Quedamos en Canlis a las ocho de la tarde. Siempre acostumbro a llegar antes de la hora citada, máxime si es con una dama...,  con Elena. . Me he comunicado con Anastasia; estaba contenta.  se iba de cena con su madre y padrastro

- Yo también saldré a cenar con una amiga
- ¿ Con una amiga ? ¿ Con... ?
-Si, Anastasia, con ella. He de consultarla algo
- Está bien. Es tu derecho, es tu amiga y tu vida, al fin y al cabo yo no soy más que tu amante
-¿ Mi amante ? No eres mi amante en el sentido que le das. ¿ Por qué te enfadas? Es sólo una amiga y desde hace mucho no tenemos ninguna otra conexión. Somos socios; tenemos que discutir sobre el negocio.
-Está bien.  No tienes que darme explicaciones. Tengo que irme: Que te vaya bien en la cena.



¡Vaya por Dios, se ha enfadado ! ¿ Por qué no soporta a Elena?, ni siquiera la conoce. No entiende que la debo mucho y que siempre me ha atendido en cuantas dudas deseara consultarla. Nunca pensé encontrarme con este dilema.  Nunca me ha ocurrido que se enfrentara mi vida pasada a la futura ¿ futura ? Lo tienes mal Grey, pero al menos con la actual.  Cuando regrese trataré de hablar con ella a ver si llegamos a un acuerdo respecto a Elena.

 Ella suele ser puntual, y efectivamente, a las ocho y un minuto entra buscando la mesa que siempre reservamos.  Las miradas de algunos hombres la siguen. Está espléndida, atractiva y segura de su encanto que la permite juguetear con los admiradores.  Pedimos sendas copas de vino e inicio la conversación peguntándola por el negocio, y la reforma que está emprendiendo en un local nuevo que hemos adquirido para  nuestra sociedad.  La impaciencia me consume, así que sin más preámbulos voy derecho a lo que ha motivado nuestra cita.

- Te noto preocupado ¿ Te ocurre algo ? - me pregunta mientras aprieta mi mano
- Verás. Ocurrirme, ocurrirme... he conocido a una chica, no a una sumisa, al menos de momento, porque lo que pretendo es que lo sea, pero no pertenece a nuestro mundo.  Es una joven inexperta que me hizo una entrevista para la Universidad y desde entonces me tiene obsesionado.  No se si es porque es distinta a todas las chicas con las que he tratado, o qué. Me tiene fascinado. Cuando la vi, no sé qué es lo que me atrajo de ella, porque la verdad es que iba vestida vulgarmente, sin orden en la ropa ni en los colores y además al entrar en mi despacho, se cayó de bruces, con lo que puedes imaginarte la comicidad de lo sucedido. Pero...
- Pero  ¿qué Christian ? No te detengas ahora, me tienes en ascuas
.-Me miró de una forma extraña con unos ojos claros, transparentes como el mismo mar, como queriendo desnudar mi alma. Y entonces me reté a mi mismo que la conocería mejor y trataría de hacerla sumisa.
- Bueno, eso es lo que quieres. ¿ Lo vas consiguiendo, la has vuelto a ver ?



- A  ambas preguntas te respondo que si; pero tengo muchas dudas. La he presentado el contrato y las normas no las quiere aceptar.  A regañadientes he conseguido que siga algunas, pero se muestra reticente respecto a ello.
- Déjala.  Olvídate de ella, te traerá problemas. acude a la fuente de siempre.  Saben a lo que van y lo que hacer.   Te irá mejor.  Hasta ahora no has tenido problemas.
-Si, pero...  Todo eso me lo he dicho a mi mismo cientos de veces, pero el caso es que me gusta, me gusta muchísimo y yo a ella también.  Es algo testaruda y tiene las ideas muy claras de lo que desea, y lo que quiere, no coincide,  exactamente,con lo que quiero yo. Eso me hace estar inseguro, porque es algo que nunca se me había planteado; sabía exactamente lo qué hacer en cada momento.  Pero lo de Anastasia es diferente.  Me es difícil renunciar a ella.  Está en Georgia: ha ido a visitar a su madre, y la echo de menos muchísimo.  Y no sé explicar qué es lo que me pasa. Tú me conoces bien, y sabes mi actitud referente a las mujeres.  No lo sé, Elena, lo que me está ocurriendo, pero sea lo que sea es la primera vez que me sucede.
- Christian ¡ Cómo no lo ves ! Nunca te ha pasado, porque nunca has estado enamorado. Si, si, es lo que te pasa: te has enamorado perdidamente de esa muchacha.  Por cierto ¿ cómo se llama?
- Anastasia.¿ Dices que me he enamorado de ella ? ¿ Cómo ?
- Pues como todos. La ves, te gusta y tienes una cita.  Es así como se forman las parejas. Hasta ahora no te habías cruzado con la chica que te hiciera tener mariposas en el estómago, pero alguna vez tendría que ser, y esa vez te acaba de llegar.  Deduzco que, al menos, le has explicado lo que quieres de ella. Dices que ha viajado hasta Georgia para ver a su madre ¿ no habrá sido una excusa para alejarse de ti ?  Si no pertenece a nuestro mundo, es posible que le hayas asustado y haya salido huyendo.
- No, no creo.  Ella sabe que no le haré ningún daño
- No te fíes Christian. Eres un gran hombre de negocios, un amante extraordinario, pero eres un recién nacido en los afectos.  Siempre te has reservado de cara al amor; nunca has permitido que nadie traspasara esa barrera, hasta ahora. Y te enamoras de una chica totalmente ajena al mundo que tu frecuentas y al que quieres que ella pertenezca.  está muy claro: ha salido huyendo. ¿ Sabes lo que debes hacer para salir de dudas? Ve a buscarla, y verás que ella no piensa en volver contigo.  De esta forma te desengañarás y será más fácil el olvido.


¿ Olvidarme de Anastasia ? Hoy por hoy, me parece imposible no volverla a ver. Dice que lo que me ocurre es que me he enamorado de ella, luego entonces... ¡ soy su novio !. Kate tenía razón. Y en el fondo esa certeza me tranquiliza más que las palabras de Elena.  Ella no sabe la intensidad de nuestra relación, lo que sentimos ambos.  Tomo una decisión

-Discúlpame, Elena.  he de hacer una llamada urgente.  Enseguida vuelvo.

Me levanto de la mesa y voy al fondo del restaurante, y me vuelvo de espaldas a Elena.  No deseo que entienda lo que voy a hablar; conoce a la perfección el movimiento de mis labos.

-Taylor, por favor ponte en contacto con Stephan y di que prepare el avión rápidamente. Volamos a Georgia esta misma noche. Tu vendrás conmigo.
-Enseguida, señor. ¿ Cuántos días vamos a estar fuera? lo digo por la maleta
-Estaremos hasta el viernes. Pon algo cómodo, allí hace más calor y humedad que en el infierno
-¿ Voy a buscarle ?
- No es necesario. Salgo ahora mismo para casa. He de cambiarme de ropa, la que tengo puesta ahora es más incómoda para un viaje tan largo y para un lugar con tanto calor. En quince minutos estaré ahí. Arréglalo todo, Taylor, tengo mucho interés en ello.
-Descuide señor Grey. Ahora mismo lo gestiono todo..

Vuelvo con Elena y la digo que tenemos que despedirnos, que me ha surgido algo urgente que no tiene demora. Ni se imagina que voy a seguir sus consejos, pero no con la intención que ella cree, sino por todo lo contrario.  Ni se me pasa por la cabeza dejar a Anastasia.

Hacemos una escala.  El tiempo pasa lento y yo doy paseos de un lado para otro. Taylor ha ido a comprar revistas.  Miro a mi alrededor. Hay poca gente en la sala del aeropuerto. Veo a una mujer muy atractiva que me mira descaradamente; conozco lo que significan esas miradas, y sonro para mi, al tiempo que me digo : " llegaste tarde nena, estoy pillado y tengo una novia preciosa a la que voy a buscar".  Desde que Elena me descubrió la verdad de lo que siento por Anastasia, no hago más que repetirme "estoy enamorado, estoy enamorado".  es una letanía  que me repito una y otra vez tratando de convencerme y saber cuán profundo es el significado de esas palabras. Me gustan; es un sentimiento que me une a Anastasia ¿ Estará ella enamorada de mi , o simplemente lo que la une a mi es atracción sexual ?.   Una experiencia que ella desconocía y que ahora sabe lo que se siente , y he sido yo quién se lo ha descubierto. Tengo que averiguarlo, en Savannah, en cuanto llegue.


Autoría:   Versión libre de 1996rosafermu( Basada en la novela de E.L.James  Cincuenta sombras de Grey)
Ilustraciones: Cincuenta sombras de Grey: 
DEREC HOS DE AUTOR RESERVADOS

lunes, 27 de febrero de 2017

Todo Grey - Sus obsesiones - Capítulo 8 - Dudas

Nuevamente dormimos juntos.  No en la habitación de huéspedes, sino en mi cama. Nunca antes de Anastasia, una mujer había dormido, no sólo conmigo, sino en mi cama, y mucho menos practicar sexo en ella .Nunca, nadie ,,,,sólo Anastasia.  Ella era …algo especial que tendría que definir. ¿ Cuáles eran los sentimientos que en verdad albergo hacia ella ?  Era la primera vez en mi vida que sentía algo así. tendría que consultarlo con Elena, hablar con ella de lo que me está ocurriendo y que es algo totalmente desconocido para mi. La beso cuando nos despertamos y acaricio su cuerpo, y el pensamiento de que voy a tardar en tenerla nuevamente así, hace que me abalance sobre ella, que por otra parte la sorprende bastante mi reacción. No sabe lo que la necesito, lo que sería capaz de hacer por ella,  de lo que estoy siendo capaz de hacer.  El hombre frío y rígido hasta hace poco tiempo, se deshace como gelatina ante esa mirada de ojos claros y transparentes que me miran de una forma que no sabría describir, pero que me gusta.  Si me gusta mucho.


Desayunamos juntos y la acompaño hasta su casa. Antes de salir del coche, la beso y la abrazo con desesperación, y por última vez la pregunto si es imprescindible que tenga que viajar, a lo que ella me responde afirmativamente. A regañadientes, la suelto y me doy por vencido. Tengo que hablar con alguien de las aerolíneas y reservarla el billete en clase VIP, ó mejor dicho, dos billetes, uno al lado del otro.  Así evitaré que cualquier latoso entable conversación con ella durante todo el viaje, e intente ligársela.  Después voy a mi despacho, dispuesto a enfrentarme a un lunes monótono aburrido y gris.  Todo es brillante cuando está Anastasia, pero sin ella todo está carente de color, sin vida.  Solamente escuchar sus risas es una música celestial. Tendré paciencia, al fin y al cabo va a ver a su madre; es justo, yo también veo a la mía de vez en cuando, e incluso la invito a comer a un buen restaurante.

Grace, es punto y aparte.  Otro punto y aparte en mi vida. ¡ Mi madre ! Cariñosa, abnegada y me quiere.  Lo descubrí al poco tiempo de llegar a la casa Grey.  Ella siempre estuvo a mi lado; no reclamaba nada, respeta mis reglas sin decir nada, aunque yo se que le agradaría abrazarme, pero es algo superior a mis fuerzas, no puedo, no puedo soportarlo.

Cuando la vi por primera vez, en aquella cama de hospital, triste y sin comprender muy bien por qué me encontraba allí, quién me había llevado, y  por qué  mi mami no estaba a mi lado, me pareció un ángel. Miraba fijamente su fonendo que llevaba colgado al cuello, y por eso deduje que era médico y que me estaba cuidando. Tenía una vía puesta por la que pasaba el suero que me haría mejorar de la desnutrición que padecía.  Después cuando me llevaron a casa, fue ella la que poco a poco se entendía conmigo; no hablaba,  no tenía palabras con las que agradecerla los desvelos que sentía por mi causa.


 Agradecí al Cielo que no llegara a enterarse de lo mío con Elena, una de sus mejores amigas.  No sé cómo hubiera reaccionado.  Me volvería loco si la ocurriera algo malo. La quiero, la quiero de verdad, la adoro. Adoro a mi familia; ellos representan todo para mi: mis padres, mis hermanos y ahora Anastasia. ¿ Qué lugar ocupa ella en mi escala ? creo que la pondría a la par que a Grace ¿ Tanto ? No, no es posible. Anastasia es...no lo sé.  La echo de menos, pero el lugar de mi madre...no en su lugar no, a la par que Grace.

¿ Por dónde irá ? ¿ Qué estará haciendo ? ¿ Por qué te has ido, Anastasia? No debo ser egoísta.  Ella también quiere a su familia, como es lógico.  Ha tenido una infancia feliz, normal, pero la mía no lo fue hasta que llegué a los Grey, y después fui perverso con ellos, en lugar de agradecerles todo, me revolví contra sus normas, y las necesitaba ¡ vaya si las necesitaba ! Menos mal que ella apareció en mi vida. También le estoy muy agradecido, pero creo que se enfrentan Anastasia y Elena. Ella no lo entendería por mucho que se lo explicara. No comprendería que a ella la debo lo que soy y que posiblemente de no haber sido así, hubiera terminado sabe Dios cómo.

Me entra un correo y con alegría compruebo que es Anastasia ¿ Por qué se conecta ahora ? Miro el reloj y veo que posiblemente estén haciendo alguna escala, y no me equivoco. Siempre me riñe por lo que hago por ella. Me reclama que el billete en turista, fuese cambiado por un VIP. No sabe que todo se me hace poco por proporcionarle un mayor bienestar. Que para mi es muy fácil conseguirlo, y que no representa nada, no significa nada, excepto ella, que se ha vuelto importante para mi. Se cree una mantenida por estos pequeños detalles, cuando todo lo que quiero es complacerla sin otra intención de que esté bien y protegida.  Aún le quedan algunas horas hasta llegar a Georgia, hasta estar más lejos de mi.  Mañana tengo una reunión importante a la que debo asistir sin falta, pero pasado llamaré a Elena para ver si nos vemos.  he de explicarle todo esto que siento y que no sé catalogar.  Ella, que me conoce,, sabrá aconsejarme qué debo hacer respecto a todo, a mi relación con Anastasia. ¡ Dios mio  !  Acaba de marcharse y ya la echo de menos
.

Llamo a Elena, hacía tiempo que no hablábamos, desde que Anastasia se coló en mi cabeza. Me lo reprocha, pero le doy una excusa pueril.  No soportaría que me haya alejado de ella  por otra mujer. Quedamos para después de la reunión.  Con ella puedo hablar de todo lo que me ocurre; es mi confidente, la que entiende hasta el más escondido pensamiento.  me ayudará a definir lo que quiero con Anastasia.  Desde luego mi intención, lo que más deseo es hacerla mi sumisa, pero va a ser una labor harto difícil; Anastasia es de todo menos sumisa. Al colgar el teléfono, apunto en mi agenda el día, la hora y el lugar donde hemos quedado.  No se me olvidará.  Me interesa mucho despejar de una vez esta especie de zozobra que me mantiene en vilo. Kavanagh lo definió como noviazgo ¿ es eso en realidad?  ¿deseo ser novio de mi chica? No creo.  El noviazgo ata, crea lazos, y yo no deseo atarme a nada ni a nadie ¿ pero qué digo ?  a Anastasia  ¿tampoco ? No tienes ni idea Grey, claro que quisieras atarla a ti, y no en el cuarto de juegos precisamente. La deseas en exclusiva, porque en el fondo tienes miedo de que se te escape entre los dedos, de que conozca a otro hombre que no le ponga tantas trabas para estar con él.  Ella es preciosa, y seguro que no le faltarán pretendientes. Aclara tus ideas de una vez y decídete.

Mi conciencia me habla claro, es en realidad lo que necesito que alguien me hable con claridad y me haga ver lo que siento. No tengo la suficiente confianza para confiárselo a mi madre; tendría que dar muchas explicaciones referente a muchas cosas, y no estoy dispuesto a ello. Deben estar al margen de mi vida, que es absolutamente mía y de nadie más.


Autoría: Relato libre de 1996rosafermu, basado en la trilogía de EL James, Cincuenta sombras de Grey
Edición:  Año 2017
Ilustraciones: Cincuenta sombras de Grey
DERECHGOS DE AUTOR RESERVADOS




viernes, 24 de febrero de 2017

Todo Grey - Sus obsesiones - Capítulo 5 - ¡ Vale !

Y llegó el gran día para Anastasia. Había conseguido lo que cuatro años atrás se había propuesto. Mi chica, inteligente, trabajadora y absolutamente genial, ha conseguido el título de editora. tengo que ayudarla a conseguir sus sueños; es importante para mi que sea feliz.  Me preparo para acudir a la Universidad: daré un discurso. Cuando entro en el auditorium veo sentados a chicos y chicas que hoy culminan sus sueños, sus inquietudes y comienzan una nueva etapa en sus vidas.  Todos parlotean alborozados; hoy es un día grande para todos ellos, también para mi, aunque no sé muy bien porqué.  Taylor irá a recoger el magnífico coche que he comprado para Anastasia.  Anda circulando en una lata del año de la polka, y temo por su integridad.  En cualquier momento la dejará tirada o lo que es peor puede provocarla un accidente.  Mi conciencia no me lo permite, he de protegerla a como de lugar.






 Es curioso el efecto que ha causado en mi ¿ será en todos igual?  Me gustaría saber, cuando conoces a una chica y te gusta, si es lógico sentir lo que yo siento por ella.  Nunca me había pasado.  Estoy permanentemente nervioso y deseando verla, y cuando estoy a su lado, todas las inquietudes desaparecen; es mi bálsamo.  Nunca me había pasado con ninguna otra, ni siquiera con Leila, que ha sido la más duradera de mis relaciones. Creo, deseo,  que la guste el automóvil, es la misma marca y color que les he comprado a todas, porque por todas  cuidaba de su seguridad.  Me gusta complacer a la gente, tenerla contenta a mi alrededor.  Todos mis empleados están satisfechos de trabajar para mi, y ellas, todas, eran empleadas a tiempo parcial  los fines de semana. Las cuidaba bien. No quería que les ocurriera nada, pero todo eso, alguna lo interpretaba a su manera, y tenía que ponerle coto; las despedía y encargaba otra.  Me molesta hablar de ellas de este modo, por amor de Dios,¡ no eran mercancía!.

Busco entre los muchachos a Anastasia.  Están todos sentados con sus birretes y togas, todos iguales; es difícil distinguir desde aquí, porque además no paran de moverse. ¿ Por qué sentirán tanto entusiasmo por la Universidad ? Yo estaba deseando dejarla, y me importó un pimiento no graduarme. Sólo lamento el disgusto que provoqué en mis padres por esa decisión. Ahora sin embargo se sienten orgullosos de lo que he conseguido.  Y mira que se lo dije a Carrick, pero él no tenía idea de lo que bullía en mi cabeza.


Anastasia ¿ por dónde andas? Ah si, ya la he visto.  Se encoge en su asiento, no quiere que la vea, pero es inútil mi dulce niña, mis ojos te persiguen siempre.  Haré una señal para que sepa que la he localizado, que me he puesto la corbata con que la até a la cabecera de su cama, el día que me gastó la broma tan pesada en que me rechazaba.  Claro que lo que vino después fue altamente satisfactorio para los dos. ¡ Ay pequeña mía ! aún no sabes de lo que soy capaz cuando algo se me antoja, no lo dejo escapar.  Tú eres mi actual presa, pero me estás empezando a cansar con tanta demora ¿ qué demonios tiene que pensar?  Yo lo tendría claro, pero en el fondo la comprendo: no conoce nada de este mundo y está aterrorizada ¿ Me cree capaz de hacerla daño ? Si sólo deseo su felicidad que se sienta cómoda, que esté relajada y tranquila.  Quizá es que no me he explicado bien.

¡ Ah ! ya está el Rector abriendo el acto. Para ya Grey, deja a Anastasia a un lado y céntrate en lo que vas a decir a estos chicos.  Tu vas después de la Cavanagh.

Los discursos han estado bien.  Kate parece muy inteligente, aunque el cuestionario que me envió a través de Anastasia, no era muy novedoso, que se diga.  Ahora viene la entrega de  ¿trofeos? No lo son, pero para ellos si.  Si van por orden alfabético, aún me queda un buen rato para saludar a Anastasia.  Espero que todo este protocolo se aligere.  Estoy impaciente por estrechar su mano, claro que lo que me gustaría sería besarla y abrazarla pero hay que guardar las formas, naturalmente no lo haré.  Rozaré su mano brevemente, y después a ver si consigo que pasemos la noche juntos, o al menos parte de ella.  Creo que iban a venir sus padres, pero al final sólo lo ha hecho su padre, porque Carla tenía que cuidar de su marido que está accidentado. Ha sido muy oportuno el hombre ¡ con la ilusión que les hacía !, pero bueno, lo importante es que se recupere pronto.

¡ Dios mio, la espera es eterna ! Pero ya la veo subir al escenario.  Es cuestión de un momento y la tendré frente a mi.  Ya llega.

-Enhorabuena señorita Steele
-Gracias señor Grey.  El discurso ha sido genial. Han aplaudido muchísimo y todos estaban entusiasmados
-¿ Tienes ya la respuesta?
- No creo que sea el momento más oportuno para discutir eso ahora.  Se está formando cola detrás de mi. Hay que ser breves, Grey
- Dime si o no. Me consume la incertidumbre
-No le creía tan impaciente. Vale
- ¡ Vale ! ¿ Que significa  ese vale ?
- Pues eso, que vale, que si, que lo intentaré...,  al menos

Y desaparece de mi vista, a pesar de que de soslayo en cuanto tengo ocasión la persigo con la mirada para ver si la encuentro. Estoy deseando que termine la ceremonia.  Deseo que estemos a solas, y de una vez me explique lo que significa ese "vale ".  Aunque creo lo sé, no quiero hacerme ilusiones, con ella nunca se sabe.  Me lo dijo sonriendo, y eso significa que acepta. ¡ Dios mio ! estoy tan contento que me pondría a dar saltos de alegría. Anastasia, no sé que me has dado, ni lo que haces para que me sienta tan contento como ahora.  Te ha bastado una simple palabra que abarca un universo de emociones y promesas.  Desde ahora la adopto para mi afirmación que siempre será "vale" en lugar de okay.

La fiesta está en todo su apogeo.  Las familias se muestran orgullosas de sus hijos por el título obtenido. Mantengo una charla con el rector y los profesores, sobre la brillantez del acto, y disimuladamente busco con la mirada a Anastasia.  La veo que está contenta; charla animadamente con Kate, el hermano y,  un señor de edad madura que supongo será el señor Steele. Buena ocasión para conocerle.  Me desharé de la Junta  e iré en su busca.

Al fin consigo avanzar hacia ella. Kate se está despidiendo del padre de Anastasia y se quedarán lo dos solos.  Llego hasta ellos. Kate susurra unas palabras que me dejan de piedra ¿ su novio, qué novio ? ¡ ay Kate no sabes en el lio que nos has metido !  Miro a Anastasia y la noto violenta, nerviosa.  La presencia de un fotógrafo hace que se relaje el ambiente cuando me solicita una foto. ¡ Vaya, su novio ! ¿ Novio, qué novio ? Una relación amo y sumisa, eso va a ser todo. Aunque no estaría nada mal: ella estaría contenta y se relajaría, pero sería una locura porque seríamos los novios eternos, o quién sabe, duraríamos un suspiro.  De momento dejémoslo estar.

- ¿ Nos perdona un momento, Ray ?
- Por supuesto. Haced lo que tengáis que hacer






Tengo que tomar de la mano a Anastasia; quería quedarse con su padre, pero yo deseo que esté conmigo y la sujeto contra mi mientras el fotógrafo tira la foto. Nos pide una sonrisa y la verdad es que no hago ningún esfuerzo por sonreír. En todas las fotos  estoy muy serio; en cambio Anastasia pone una cara rara, como  asustada, y a penas si esboza una sonrisa..  No entiendo porqué. ¿ Será por la indiscreción de Kate? En ese caso, el asustado debiera ser yo.

Autoría:   Versión libre de 1996rosafermu( Basada en la novela de E.L.James  Cincuenta sombras de Grey)
Fotografías: Internet
DERECHOS DE AUTOR RESERVADOS

martes, 21 de febrero de 2017

Todo Grey -Sus obsesiones - Capítulo 2 - Heathman

Habian llegado al hotel, después de cenar y presenciar una función de ópera. Christian estaba cansado, en cambio Elliot, estaba decidido a pasárselo bien. en la zona de ocio de Portland. Había infinidad de preciosas chicas pululando por la calle, y él estaba decidido a no desperdiciar la ocasión. Hacía poco que había dejado una relación de meses con una atractiva arquitecta, pero él no deseaba comprometerse, y decidió cortar de inmediato, a pesar de que en la cama era una fuera de serie.

-¿ Seguro que no quieres venir? Mira que todo está lleno de jovencitas deseosas de correrse una juerga
- De verdad Elliot, ve tu. Yo voy a ducharme, trabajar un rato y me meteré en la cama pronto. Diviértete, hermano. - Pensaba sonriendo - He zanjado la cuestión con mi hermano.  No me apetece salir, además debo ultimar un asunto urgente .

Se sirvió una copa y se tumbó en el sofá para ver si la televisión;  era lo más atrayente que se le ocurría hacer  para matar unas horas.  Pero no fue así.  La apagó, encendió su portátil y se dispuso a repasar los documentos que tenía frente a si.  Estaba a punto de dejarlo, cuando su teléfono repiqueteó.  Lo dejó sonar tres veces; no pensaba responder, pero el nombre reflejado en la pantalla, hizo que conectara de inmediato.  Era ella, de nuevo ella.  Al fin tenía noticias suyas.

-¿Si ?

-Buenas noches señor Grey. No sé porqué me ha enviado ese regalo. Es excesivo así que voy a devolverlo.  Se lo agradezco,  de verdad, pero no era necesario que se molestara.  No entiendo el motivo , ni sé porqué lo ha hecho.  La última vez que nos vimos dijo que no quería volver a verme.  Que me fuera
- No fue así exactamente, Anastasia.  .  Mi deber era  advertirla de que soy un hombre complicado y que para una chica tan vulnerable como usted iba a ser un disparate.   Y  creí tenia que disculparme por la salida tan precipitada de la cafetería. Además no deseo tener ningún compromiso con nadie
-¿ Quién ha hablado de compromiso ? Creo que yo no. La verdad no se de dónde saca esa historia. No tengo ningún interés en volver a verle.  Es usted rarito, la verdad. Es la primera vez que me ocurre con alguien.  Siempre he tenido que ser yo la que rechazara a algún chico. Claro,  que usted no es cualquier chico. Adiós

-¡ Me ha dejado  con la palabra en la boca!.  ¡ Habrase visto esa mocosa ! Se va a enterar- -. Pulsó el número de ella, y en respuesta, una voz insegura le contestó
-Anastasia ¿ qué te ocurre, te encuentras bien ? - La comunicación se interrumpió y como fondo escuchó una arcada descomunal y a continuación las cataratas del Niágara saliendo de una boca.
- ¿ Eres tu Anastasia ? ¿ Qué te pasa ? Iré a buscarte para llevarte a casa
- No hace falta, se me pasará enseguida.
-Quédate donde estás. Tardo cinco minutos - Escuchó una sonora carcajada de una algo incoherente señorita Steele
- No creo que llegues a tiempo. Mi estómago... - y no pudo continuar, las náuseas volvían una y otra vez. Pareciera que el estómago se le había dado la vuelta.

Y fueron cinco escasos minutos, los que Grey tardo en localizar a la muchacha que Dios sabe donde estaría, y quizá correría algún peligro en su estado.  Mientras conducía a bastante velocidad,, comprobaba por GPS su localización , y murmuraba exasperado entre dientes

- Está visto que no hay forma de librarme de ella

Llegó al lugar en donde posiblemente estuviera y la buscaba entre los grupos de jóvenes que celebraban su fin de curso.  Todos estaban más o menos bebidos, lo que le alarmó aún más.  Tardó en localizarla, pero al fin dio con ella.  Estaba a punto de caer redonda al suelo, pero sus brazos pudieron sujetarla antes de que perdiera el conocimiento.

- ¡ Señor !. Tiene  la ropa algo sucia y apesta a alcohol. Su rostro está pálido y de sus labios brotan palabras incoherentes que no logro entender.

  Después de limpiar con su pañuelo la boca de los restos del último vómito, la cogió en brazos y la llevó hasta el coche. La llevó hasta su casa, pero no había nadie; "seguro que su compañera de piso también estaba de juerga".   Volvió sobre sus pasos,  y se decidió por llevarla a su hotel.


- Uf...,  ¿ cuánto   alcohol habrá  ingerido?. ¡ Pero si yo también huelo  a vómito !. -  Porque al transportarla en sus brazos, se había impregnado su ropa-.   La tumbaré en la cama.  ¡ Menos mal !, finalmente se ha dormido .

 Se paró un momento delante de ella y contemplo su pálído rostro. Aún le pareció más bonita que la última vez que estuvieron juntos, aunque la situación no era muy reconfortante. Se rascó la nuca, indeciso ¿ qué hacer con esta chica?   Al fin se decidió y comenzó por quitarle las deportivas, los calcetines y los pantalones.  La incorporó suavemente en la cama para no despertarla y también le sacó la camiseta.  Estaba ante él en ropa interior, y sin embargo no le producía ningún pensamiento obsceno, muy al contrario, acarició su mejilla suavemente, sin a penas rozarla, y sonrió

- ¿ Qué voy a hacer contigo, pequeña Anastasia ?  La taparé, no quiero que además de la borrachera, termine enfriándose. Apagaré esta luz para que no la moleste. Recogeré toda la ropa y la enviaré a la lavandería, y también la mía,  que apesta.

. A continuación se metió en el baño para tomar una ducha.  Él también olía mal , pero no le importó. Quizá el destino jugó una baza a su favor, puesto que no pensaba volverla a ver, y allí estaba durmiendo plácidamente en su cama.

-Estás a salvo, Steele.  Duerme tranquila.

lunes, 20 de febrero de 2017

Todo Grey - Sus obsesiones - Cap. 1 - Anastasia Rose Steele

La había dejado marchar. Era una inocente criatura, tímida e insegura; no podía hacer de ella lo que en un principio habia deseado.  Desde que la vio por primera vez en su despacho, algo dentro de él hacía que el rostro de ella no se le borrara ni un momento de su imaginación. ¿ Qué es lo que le pasaba ? Era una chica preciosa, es cierto, pero él tenía mujeres  a su disposición siempre que lo deseara, pero Anastasia, era diferente. La timidez de ella, le provocaba.  Desearía "domarla", hacerla más segura de si misma. Tenía toda la información requerida sobre su biografía y en ella no había nada especial: era una criatura simple, diáfana, limpia. Y tal vez por eso, su interés se acrecentaba más.

Pero al mismo tiempo, ella se le brindó para que la besara ¿ por qué?  Su conocimiento de las mujeres le había dado la experiencia de saber cuales eran sus reacciones, máxime en chicas como Anastasia.

Cuando llegó al hotel, no estaba de tan buen humor. Regresarían a Seattle inmediatamente; lo que le había llevado hasta Portland se había realizado y había terminado en un tremendo desastre.  Había roto el único vínculo que podría haber hecho que se vieran nuevamente, pero la despedida de él lo hacía imposible

- Mejor será que me olvide de una vez.  Es una chica como hay muchas.  Lo único especial es que cada vez que me mira se sonroja y tiene que bajar la mirada. ¿ De dónde ha salido esta chica, quizá de algún convento de clausura ? Venga Grey, olvídate ya de una vez de la Steele.

Esta vez no regresarían a Seattle en el helicóptero.  Irían por carretera, de esta forma podría poner en orden sus pensamientos y comenzar a olvidarse de aquella chica, que a pesar de ser tan simple, había causado profunda impresión en él. O quizá por eso mismo.

- Taylor, pon música. por favor
-¿Qué desea escuchar ?
- No se´... cualquier música suave y relajante. ¿ Qué música le gustaría a Ana ? Al diablo Ana, ya estoy de nuevo con lo mismo.  Seguro que a ella le gustaría Britney. Es muy joven; la gustará algo juvenil, chillón, vulgar, en definitiva.. ¿ Por qué pienso que es vulgar ? No la conozco; no debo juzgarla por su simple apariencia. presiento que es algo más que una chica que viste ropa barata de grandes almacenes y va con vaqueros y cola de caballo. La imagino con vestidos elegantes , peinada por Franco después de unos buenos masajes en Esclava...  estaría preciosa, porque es preciosa. Sus ojos son los que más me han llamado la atención: impresionantes.  Señorita Steele, creo que hemos perdido una ocasión de conocernos mejor. Pensándolo bien ¿ por qué no la he besado ? Tiene una boca bonita, con labios carnosos y bien dibujados, que pedía a gritos que los apretara contra los míos. He sido un imbécil redomado. Con tantos remilgos he perdido una buena ocasión.  Todavía queda algo de conciencia en mi, y ella no es una chica sumisa, que es lo que busco.  Es demasiado joven. ¡ Basta ya ! Se acabó Anastasia Steele.

Y no volvió a pensar en ella en los día siguientes, hasta que aquella mañana tropezó con su expediente, mientras buscaba otro de una nueva y posible sumisa.  Se la había recomendado Elena, pero ésta vez se había cuidado mucho de que no fuera un fracaso como la chica de Arkansas.  Decidió hacerla una entrevista antes de llegar a nada. Si le agradaba sería su próxima sumisa.  Dejó la carpeta encima de la mesa,   deseó revisar nuevamente  la de la señorita Steele.  Así lo hizo, y tomó algunas notas del informe: su número de móvil, la dirección donde vivía, y por alguna razón sus medidas corporales.  Sonreia miestras hacía las anotaciones. ¡ Vaya ! de nuevo la enigmática señortia Steele se instala en mi memoria, pero esta vez va a salir rápidamente.  Hay otra chica en puertas.

Había quedado con ella en el restaurante en el que solía ir con Elena; era un terreno neutral.  Si no le gustaba, no sabría siquiera donde vivía; cuanto más anónimo sea todo, mejor para ambos.  No quería ni pensar si alguna vez se supiera las aficiones sexuales que tenía.  El crédito alcanzado por sus negocios, se desvanecería en un momento, pero lo que más le preocupaba, era la incursión que harían todos en su vida privada, alcanzando probablemente a sus padres y hermanos.  Algo que debía preservar a como diera lugar.

Y se entrevistó con Corina, que así se llamaba la nueva aspirante. Era muy bella, de conversación inteligente y amena, con saber estar, algo importante para Christian, puesto que tenía algunas reuniones en las que precisaba ir acompañada por una "amiga", pero su acompañante debía saberse comportar en ese ambiente selecto en el que se desenvolvía.  A simple vista le agradó. La dió un nombre falso para que no le identificara, y planteó los acuerdos de su contrato de confidencialidad. Ella estuvo de acuerdo, y además era practicante de las mismas prácticas que Grey, por tanto no había ningún escollo que salvar. De su bolsillo interior de la chaqueta, sacó unos folios en los que especificaba todas las reglas del juego, y ella sin siquiera repasarlo, lo firmo sin dudar.

- ¿ No vas a leerlo?
 No me hace falta.  Elena me hizo algunas indicaciones y estoy conforme con todo, así que de acuerdo. Cuando quieras me avisas; te dejo mi tarjeta en ella va mi teléfono privado.
-¿ Y si fuera esta noche mismo ?
- Por mi no hay inconveniente. Tengo libre todo el fin de semana.
- Está bien.

Llamó al camarero, abono la cuenta y ambos salieron del establecimiento rumbo a Escala. Sería un fin de semana divertido, muy a lo Grey. De una vez y para siempre sus obsesiones por la chica, se evaporarían. Y dijo mentalmente:

- Bye, señorita Steele.



Autora:  1996rosafermu. Basado en la trilogía de la escritora británica E.L. James , Cincuenta sombras de Grey
Ilustraciones:  Archivo de 1996rosafermu
Edición: Junio de 2016
DERECHOS DE AUTOR RESERVADOS

Todo Grey - Capítulo 8 - Esclava

Más por agradecimiento, que por negocio, Christian montó un salón de belleza por todo lo alto.  Le entregó la dirección a Elena.  Ella era dueña y señora para hacer y deshacer lo que creyera conveniente.  No reparó en gastos.  Al poco tiempo, debido por el exquisito trato y los modernos tratamientos de belleza que en él se dispensaban, no tardó en hacerse famoso entre la élite de lo mejorcito de Seattle.  Le puso por nombre Esclava, en directa alusión a la relación que habían mantenido,  hasta que el señor Linc se enteró de la infidelidad de su mujer, aunque nunca supo el nombre del amante.



Entre tanto, Christian se volcó en las nuevas tecnologías de comunicación, en energías renovables, y en tratamientos agrícolas para llevarlos a los lugares más empobrecidos de la tierra.  Era mecenas de la Universidad.. Se hacía rico, muy rico y su popularidad se extendía poco a poco por toda la nación.  Llegó a ser hombre del año en las más prestigiosas revistas financieras y del comercio en general.

Las revistas del corazón, se le rifaban para que les fuera concedida una entrevista del hombre más atractivo y enigmático de Seattle.  El, celoso de su intimidad, nunca hizo concesiones respecto a airear su vida privada.

Y frecuentaba lugares en que pudiera satisfacer sus apetitos sexuales, con mujeres que practicaban el acto de la misma forma que él. Ya no había intimidad entre Elena y Christian.  Cada uno iba por libre, como si nunca hubieran tenido relación alguna.  Ella conocío a otro hombre al que sometía a sus caprichos como lo hiciera en un principio con Christian, y él por su parte llevaba hasta su apartamento a mujeres con las que pasaba el fin de semana.


Hacía tiempo que se había mudado a uno de los edificios más lujosos de Seattle, al Escala, y allí se hizo instalar una habitación exclusivamente para sus caprichos sexuales, en los que participaban las chicas que acudían puntuales los viernes por la noche.

Por él desfiló Leila , Amanda, Sussanah, Terry, Cristal...  hasta un total de quince chicas.  Leila, fue su más larga relación. A él le gustaba ella.  Era alegre, juguetona y juntos disfrutaban al máximo de la relación que habían establecido.  Pero ella se enamoró de Christian, y aunque tardó en planteárselo, el día que lo hizo, él dio por terminados sus encuentros.  Ella se marchó esa tarde del Escala, llorosa y apesadumbrada, pero era una condición imprescindible que él imponía: nada de relaciones amorosas


- Lo siento, Leila.  Pero lo dejé muy claro. No me gustan esos romanticismos que las mujeres enseguida os forjáis.  Lo dejaba muy nítido el contrato.  Nunca me enamoraré de nadie, no me interesa. Vivo para mis negocios, y cuando deseo el contacto físico, os tengo a vosotras. Se que suena  egoísta, lo sé, pero lo dejo muy claro desde el minuto uno en que entráis por la puerta de mi casa. Aceptáis y firmáís, punto.. No ha lugar a reclamaciones. Creo que soy generoso con vosotras. Os estimo y disfruto con lo que hacemos, pero eso es todo.  Nuestro contacto comienza un viernes por la noche y termina un domingo a la misma hora. Creo que debemos dar por terminada nuestra relación. Ya no es lo mismo ni para ti ni par mi.  Nuestros juegos son de común acuerdo entre ambos. Los dos sabemos a lo que venimos a este cuarto.  Cubrimos nuestras necesidades y cada uno vive su vida el resto de la semana.  Eso es todo


Ella se despidió de él taciturna. Había concebido la esperanza, de que al estar tanto tiempo juntos, con la intimidad extrema que practicaban, terminarían en algo más que en amo y sumisa.  Pero estaba claro que Christian no pensaba lo mismo.  Al cabo de una semana, entró en escena otra nueva que duró poco tiempo, porque se echó novio y dejó esas prácticas con él.

Terminó por ser suministradas por Elena.  A través del salón de belleza, escogía a chicas que practicaran  lo que ellos hacían. Firmaban el contrato y el fin de semana  pasaban horas en el apartamento de Christian.  A veces Elena sentía ¿ celos, rabia ?...  de no ser ella la que estuviera con él, pero era un hombre de palabra firme, y si dijo que se terminaba, se terminó.  Al menos tenía el consuelo que de vez en cuando cenaban juntos, y él la  confiaba sus más íntimos secretos a su buena amiga y maestra en el arte amatorio que ellos practicaban.


Todo era monótono.  Se limitaba a una llamada de teléfono, una cita concretada con Elena para atender su petición, y un toque  a la puerta el viernes por la noche.  Cuando llegaban , sabían dónde habían de colocarse y cómo debían vestirse, o mejor lo que tenían solamente que llevar.  Habían de ser puntuales porque  eso es lo que más valoraba el Amo.  Las últimas chicas que acudieron a su casa, ni siquiera sabían cómo se llamaba. Cuanto menos supieran mejor para todos.

Christian, recibió una llamada a su teléfono privado, un jueves por la tarde.  Por inesperada le sorprendió y atendió a la chica que estaba al otro lado del hilo telefónico.

- ¡ Hola, soy Susannah !  No me conoces, pero soy muy amiga de Leila Williams, y a ella la conoces bien.  El caso es que me ha hablado de ti y me interesa . ¿ Qué dices ?
- Pues digo que a mi no.  No es una presentación muy al uso, y lo que conozcas a Leila, lo dudo, porque ella sabe como son las cosas y no creo que te diera recomendaciones
- Ha pasado el tiempo.  Puedes creerme. Soy muy discreta y me va ese rollo.  De hecho lo practico siempre que puedo.  Deberíamos vernos


- Señorita no tengo el mas mínimo interés.  Creo que se ha confundido
- Yo creo que no. Trabajo en Esclava, por si no lo sabes.  Elena me ha dado, dijéramos, las bases.  Las conozco y las acepto
- Si trabaja en Esclava, me pasaré en cualquier momento, y ya veremos.  Ahora si me permite, tengo mucho trabajo -.  Cortó la comunicación, y a renglón seguido marcó el número de Elena
- ¿ Qué rollo es el que acaba de largarme una chica que por lo visto trabaja ahí?
- ¿ Te ha llamado Susannah? Si le hable de , ya sabes.  Ha firmado el contrato y acepta las condiciones.
- Creo que se trata de mi vida.  Podrías, al menos haberme consultado.  No me gusta que vayas por libre en lo que a mi se refiere.  Ya no eres mi Ama, ni mi maestra...  y se buscármelas bien, yo solito.  Me acercaré por allí en cualquier momento y ya veremos.


No tenía necesidades imperiosas en ese momento, por tanto tardó varios días en acudir a Esclava, pero se acercaba el fin de semana y decidió dar una vuelta y observar a la nueva..Enseguida la localizó, puesto que al resto del personal lo conocía de tiempo.  Era bonita y simpática, y hasta parecía que tenía clase.  Hablo con Elena dándole la orden de que estuviera en su casa el viernes a las siete en punto, ni un minuto más.  Ella aceptó con la cabeza dando a entender que estaba de acuerdo. Christian dio media vuelta y salió del local, seguido por las miradas de clientas y oficialas.

La relación con Susannah, duró a penas un mes y Christian la dio por finalizada por el mismo motivo que a otras anteriores: incompatibilidad, lo que se traduce en que las chicas se encaprichaban de él y ahí daba por terminada el contacto con ellas.  Después  llegó una chica de Arkansas, pero sólo duró un día, por motivos que más adelante conoceremos.



Autora del relato : 1996rosafermu.  Basado en la trilogía de la escritora británica E L James, Cincuenta sombras de Grey
Ilustraciones:  Archivo de 1996rosafermu
DERECHOS DE AUTOR RESERVADOS


Todo Grey - Capítulo 9 - La señorita Steele

Habían pasado dos semanas desde su último encuentro con la chica de Arkansas. Se enfrascaba cada mañana, más a fondo en el ejercicio físico.  Necesitaba un cambio. Algo que le distrajera del aburrimiento mortal que sentía.  Cada fin de semana estaba con una chica diferente, pero eso tan placentero, se había convertido en una rutina.  Ya no sentía lo mismo que antes. Gozaba sexualmente de ellas, pero era una pura transacción comercial entre ambos.  Todas eran parecidas:  chicas guapas, morenas, menudas y sumisas.  La única voz que imperaba, los únicos deseos expresados, eran los suyos.  A cambio las compensaba con grandes regalos y ellas se sentían halagadas.  No era un hombre egoísta ni tacaño, muy al contrario, su esplendidez rayaba en el exagerado.  Pero quería que todo el que estuviera a su alrededor, tuviera una vida cómoda. A pesar de que sus relaciones sexuales eran consensuadas y de mutuo acuerdo con las prácticas amorosas, sentía la necesidad de ser generoso. No era un pago a cambio de sexo, sino un regalo por haber satisfecho sus necesidades físicas.


Dejó de contemplar el exterior.  El ventanal era lo suficientemente grande como para abarcar el trepidante panorama de la ciudad.  Miró al cielo gris y pensó

- Acabará lloviendo.  En Seattle siempre llueve.  Quizá me vendría bien un viaje en el Grace por la costa y atracar en algún solitario y tranquilo lugar , con un paisaje bonito.  Veré lo que hago.  Sentado en el sillón miró su reloj y comprobó que estaba a punto de llegar su próxima cita.  El paseo por sus recuerdos le había puesto nostálgico.  La verdad es que poca gente con  edad tan corta, puede decir que tiene una vida tan intensa.  Christian la había tenido, muy a su pesar.


Gozaba de su familia, a la que veía de vez en cuando, en alguna comida o cena familiar.  Se sentía a gusto con ellos, relajado.  Las bromas y las peleas entre Elliot y él, no eran como antaño.  Los dos hermanos se querían  de verdad y ambos se respetaban mutuamente, aunque a veces Elliot le gastara bromas con su soltería y soledad sin chicas.  El escuchaba sonriendo, pensando en lo lejos y equivocado que estaba, y sabía que el pensamiento de su familia era el que  sus gustos no iban , precisamente por las mujeres.  Nunca trató de sacarles de su percepción. No importaba lo que pensasen.  El sabía lo que en realidad quería, pero no iba ni a confesar sus gustos extraños, ni a sacarles de su error . Era problema de ellos , y no de él. Que pensasen lo que quisieran, si eso les hacía sentirse más cómodos.  Solamente Carrick y Grace, obviaban ese tema, lo que hacía que Cristian pensase que tenía razón y que ellos pensaban que era gay.    Su hermana Mia, que ahora cursa estudios culinarios en Paris, era la que, siempre le lanzaba alguna indirecta expresándole lo que se alegraría de conocer a su novia.  Aunque sabía que no tenía, nunca le hacía alusión alguna referente al tema.  El dejaba la cuestión en el aire. Una llamada por el interfono, le sacó de sus reflexiones


-¿ Qué Andrea?
- Señor Grey, está aquí la señorita Steele
- Me es imposible recibirla. De un momento a otro vendrá la señorita Kavanahg.  De hecho la estoy esperando
- Verá señor Grey. La señorita Steele, viene en su lugar, parece ser que ella se ha puesto enferma
- Pues podía haber avisado antes. No me apetece nada esas entrevistas de aficionados. Se la concedo por puro compromiso, pero a esta otra...  Está bien. Acabemos cuanto antes. Hágala pasar, por favor


...  Y el resto ya lo sabéis.  Espero hayáis disfrutado, con la percepción de Christian y la evocación de su comienzo a la vida. En episodios sucesivos, os contaré cómo llego al mundo, y conoceremos a su madre biológica. Deseo que sigáis dedicando un poquito de vuestro tiempo para conocer a esta enigmática figura, a un buen hombre, caritativo y noble, que por una realidad adversa  pensó que merecía ese destino que marcó su vida, y de qué manera, la aparición de una tímida e insegura muchacha lo cambió todo.


Continuará . . . . . . 


Autora del relato 1996rosafermu, basado en la trilogía de la escritora británica E L James, Cincuenta sombras de Grey
Ilustraciones:  Archivo de 1996rosafermu
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sábado, 18 de febrero de 2017

Todo Grey - Capítulo 7 -El primer millón

Con el dinero prestado por Elena, Christian realizó su primer negocio. Lo invirtió en la compra de un pequeño supermercado, que anticuado, había perdido gran parte de sus clientes.  Le faltaban la mitad de los productos y a menudo sus estanterías estaba vacías y descuidadas.  Además del dinero prestado, hubo de solicitar un crédito al banco que le concedieron con el aval de Elena. Reflotó el supermercado y cuando tuvo nuevamente consolidada la clientela, lo vendió a una cadena, ganando un buen dinero con el que devolvió el crédito bancario y parte del préstamo de Elena.



Todo estaba saliendo como él había pensado.  Tenía buen ojo para los negocios y sabía encontrar las oportunidades que le producían buenos beneficios.  En otra ocasión fue una emisora de radio, pequeña.  Cambió la programación y la forma de ofrecer la publicidad. Hizo conexiones y reportajes dirigidos  a los vecinos del barrio en donde estaba situada.  Y al igual que en el supermercado, la vendió a un canal  que se había resentido en la publicidad con la pequeña emisora vecinal.  Con esta venta se vio libre de deudas y aún le sobró dinero.  Fueron sus primeras ganancias y supo invertirlas en bolsa, produciéndole pingües beneficios, y así sucesivamente, hasta que consiguió su primer millón de dólares.

Su relación con Elena continuaba, pero ya no era igual que al principio.  Muy probablemente su cabeza no sólo pensaba en sexo.  Ahora tenía preocupaciones por sacar adelante el negocio que había planeado.  Tomó una oficina pequeña y una secretaria.  Una joven recién salida del instituto que necesitaba trabajar.  Se impuso la autodisciplina de no tener ningún tipo de relación con ninguna empleada suya, nada más que la estrictamente profesional, y a pesar de que la chica era bonita y no dejaba de mirarle, Christian la ignoró, hasta el punto de que ella  se aburrió y se marchó.  Rápidamente la substituyo otra , pero esta vez era una mujer de más edad.  Era eficiente y  de gran ayuda para él, que no solo se encargaba de la oficina, sino que cuando estaba muy ocupado, también lo hacía  de los bancos y de los clientes.  Llegó a ser su mano derecha; congeniaban perfectamente. Rose, que así se llamaba, era de familia irlandesa afincada en Estados Unidos desde hacía mucho tiempo.


El señor Lincoln, sospechaba desde hacía tiempo, que su mujer tenía algo raro .  No entendía la manía de poner una peluquería. Ella no necesitaba trabajar.  Tuvieron una bronca descomunal, cuando descubrió en el extracto del banco, que había sacado cien mil dólares, y a su pregunta de dónde estaban para qué los quería, la respuesta que le dio Elena no le satisfizo en absoluto.  Linc dijo que tenía que realizar un viaje y que estaría fuera un par de días.  Elena respiró aliviada.  Hacía tiempo que no veía a Christian y le echaba de menos, no sólo a él, sino sus caricias y su sexo. Su marido hacía tiempo, que a pesar de dormir juntos, ni siquiera le deseaba las buenas noches.  La situación había empeorado desde la cuestión de los cien mil dólares.

A penas hubo salido por la puerta. Elena marcó el número de Christian por ver si ese mismo día podían verse en su rincón preferido, ocultos de miradas curiosas.  Christian atendió su llamada y su petición.  Estuvieron juntos toda la noche, hasta el amanecer.  Su pasión fue como siempre salvaje y brutal por parte de ambos.


Elena llegó a casa, cuando las primeras luces del día apuntaban en el horizonte, se despidió de Christian dándole un beso en los labios, profundo, como si fuera la última vez que se vieran.  Desde la bronca con su marido, andaba con pies de plomo, por temor a que él descubriese todo.

Cuando metió la llave en la cerradura, notó algo en el ambiente que la extrañó, y el corazón le dio un vuelco. En la sala en la que habitualmente veían la televisión, se encontraba Linc con una copa en la mano y la botella de whisky medio vacía.  Algo presagió , y no era bueno.

El, pausadamente, se levantó del asiento y fue a su encuentro.  Ella permanecía clavada en el suelo, no podía moverse.  Un mal presentimiento la estaba invadiendo.  Le alarmaba la calma, que aparentemente su marido demostraba.  Trabajaba  su imaginación a marchas forzadas, buscando una justificación a su llegada a casa, pero sabía que no la tenía y esperaba que de un momento a otro, estallase una nueva bronca, pero esta vez sería mucho mayor.


Cuando Lincoln estaba a su altura, levantó la mano y le asestó un bofetón tan fuerte, que la derribo al  suelo, al tiempo que la llamaba puta.  La agarró fuertemente de un brazo, la levanto , y con toda la furia que sentía la golpeaba una y otra vez.  La dio un puñetazo en la cara que la desencajó la mandíbula. La agarraba fuertemente de uno de sus brazos, lanzándola contra los muebles. La pegaba sin cesar, sin consideración alguna, hasta que perdió el  conocimiento y entonces  paró de darla golpes.  Llamó a una ambulancia para que se la llevaran a una clínica.

Como era un hombre adinerado y conocido en la ciudad por sus negocios madereros, lo que contó a la policía es que cuando llegó a su casa de un viaje que había realizado, se la encontró así y todos los muebles tirados por el suelo.


- ¿ Ha visto si le falta algo de valor ? Ya sabe... puede tratarse de un robo
- Agente, comprenderá que al encontrar así a mi mujer, en lo que menos he pensado ha sido en mirar si faltaban joyas, dinero, en fin ...  No lo sé, francamente, no he mirado.  Y ahora si me perdona, deseo hablar con los médicos.
- Desde luego, señor Lincoln. Abriremos una investigación, no se preocupe

Tuvo que esperar un buen rato hasta que uno de los médicos que atendían a Elena, salió para darle el parte

- ¿ Es usted familiar ?- le preguntó el médico
- Si, soy su marido- respondió Linc
- Bien, señor.  Su mujer tiene múltiples contusiones. Tiene un brazo fracturado, la mandíbula y un fuerte golpe en la cabeza.  La hemos dado un sedante para mantenerla dormida y evitar los dolores. La estamos haciendo radiografías y un Tac. Miraremos a ver si tiene alguna lesión interna, etcétera.  Está estable, pero grave.  Ha recibido una paliza brutal.  Espero que puedan detener al maldito que la ha agredido de forma tan bestial.
- ¿ Puedo verla ?-preguntó Linc
- Un minuto solamente.   Como le he dicho hay que hacerla pruebas para confirmar que no hayan más lesiones. Véala y después váyase a casa.  Estará en la UVI, al menos hasta mañana.  Si hubiera alguna novedad, nos pondríamos en contacto con usted inmediatamente.  Deje un teléfono en el control, por si acaso
- Pero corre peligro de...
- No, no se preocupe, pero tardará una buena temporada en estar bien- Se despidió del médico cuando éste regreso a la habitación que ocupaba Elena.


Fue noticia en el periódico, y por él se enteró Christian de lo ocurrido.  Hubiera querido acudir al hospital a verla, pero pensaba que era más prudente no hacer acto de presencia en ese momento.  Encontraría un hueco para hacerlo, o bien a través de su madre, ya que trabajaba en el mismo hospital en donde estaba ingresada.  Se sintió culpable.  Estuvieron jugando con fuego desde hacía mucho tiempo, y alguna vez tenían que quemarse, y ocurrió aquella noche.  Lo lamentaba profundamente, a pesar de todo lo ocurrido entre ellos, del tipo de relación que habían tenido. Christian la debía mucho.  Ella no solo había contribuido a su negocio, sino que le había hecho que volviera a ser capaz de ser una persona normal y no la fiera desatada que era de adolescente.  Tendría que tener cuidado para no empeorar más la situación, por ella principalmente.

Elena estuvo ingresada quince días.  Su marido cubrió las apariencias de ser un esposo fiel y cariñoso, mientras estuvo a la vista de todos en el hospital.  .Recibió la visita de Grace, apenada por lo ocurrido a su amiga, pero Christian ni siquiera la llamó por teléfono.  El día que regresó a su casa
Lincoln, la presentó el documento de la demanda de divorcio para que lo firmara, cosa que Elena hizo sin dudar ni un segundo.  Recibiría los bienes correspondientes  en gananciales, ante la reticencia de Linc, que se negaba a costearla una vida de millonaria, después de haberle puesto los cuernos.


Estaba rabioso, pero la ley le obligaba y la presión de ella con la amenaza de denunciarle, si no la daba lo que correspondía.  Y Elena obtuvo un buen pellizco de los bienes de su marido.  El hizo las maletas y salió esa misma tarde de su casa, y en años no volvería a saber de él.  Fue ella, la que llamó a Christian una vez el marido se marchó  de su casa y de su vida.

- ¿ Le has denunciado ? - le preguntó Christian - No quise ir a visitarte, ni siquiera preguntar por ti, por no complicarte más las cosas.  Todo esto ha sido culpa mía, y nunca me lo perdonaré
- No Christian.  No ha sido culpa tuya.  Los dos lo quisimos así, y por fin estoy liberada de ese pedazo de animal, aunque me haya dejado hecha un guiñapo.  Y gracias a que no le he denunciado he podido agarrarle bien, porque se negaba a darme ni un centavo
-Tenemos que dejarlo, Elena.  Esto no puede seguir asi. Seguiremos viéndonos de vez en cuando, pero simplemente como amigos. Me pesará el resto de mi vida esa agresión
- Pero Christian, ahora somos libres
- No Elena. La verdad es que nunca debimos hacerlo, pero ya no hay vuelta atrás. Sabes que cuando tomo una decisión la llevo hasta el final, y ésta la he pensado muy bien.  No obstante, cuando te hayas recuperado, tenemos que hablar.  Deseo plantearte un negocio.  Me has ayudado mucho y te lo debo.  Quiero compensarte por ello y por ésto que te he provocado, aunque no lo deseara.
-¿ Qué negocio quieres plantearme?- dijo ella intrigada
- Deseo seamos socios.  Te gusta la peluquería, bien, pues montaremos un salón de belleza de gran altura. Tu serás quién esté al cargo de todo. Elegirás personal y dirigirás la instalación. Yo aportaré el capital para montarlo.  Deseo que cumplas tu sueño y que de ahora en adelante no tengas que pedir permiso a nadie para usar tu dinero.


- ¿ Me lo estás proponiendo en serio ?
-¿ Cuando digo una cosa que no esté pensando en hacerla?  Cuando estés bien, buscaremos local por una zona de alto nivel adquisitivo.  Haremos todo lo que las mujeres hacéis para embelleceros, todo absolutamente todo lo más moderno en cosmética.  Los profesionales serán de primerísima categoría. En fin lo que se dice de altísimo nivel. Y ahora tengo que dejarte,. Hay unos señores esperándome para hacer un buen negocio.  Cuídate Elena.  Trataré de verte, pero no quiero comprometerte.  No respondo de la actuación de ese tipo si se entera que soy yo el que se acostaba contigo
- No te preocupes Christian, ha salido de mi vida definitivamente.

Y de esa forma llegaron a ser socios de un negocio, que con acierto ella  impulsó.



Autora del relato 1996rosafermu, basado en la trilogía de la escritora británica E L James, Cincuenta sombras de Grey.
Ilustraciones:  Archivo de 1996rosafermu
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Todo Grey - Capítulo 6 - Grey Enterprises en la cabeza

Y en la academia que Elena le había indicado, aprendió y supo lo que era el poder. El manejar las situaciones a su antojo, cuando él quería y como  quería. Se sintió dueño absoluto de su vida. Nunca había conocido la sensación de tener en sus manos el poder y el respeto de cuantos le rodeaban.
Su actitud cambió radicalmente. Ya no organizaba peleas con sus compañeros. Bien es cierto que tampoco tenía amigos. No los necesitaba. Le bastaba con ver el rostro feliz de su madre y la tranquilidad de su padre. Se llevaba bien con sus hermanos, pero absolutamente nadie sabía a qué se debía el gran cambio experimentado en su vida. Todos lo achacaron a que ya era mayor y a punto de entrar en la universidad. Esperaban que allí se echara amigos, y quizá con algo de suerte, conociera a alguna chica que le enamorara. Con Elena se veía poco, y ambos ocultaban su relación.  Ningún descuido. No se lo podían permitir, porque no sólo, si algo se descubría sería su relación, sino lo tormentosa de ella. Aprovechaban que Linc estaba fuera para encontrarse , siempre por separado, en su lugar secreto.


Allí se sentían libres. Actuaban como ellos querían. Seguía siendo salvaje, pero con la diferencia de que era Christian quién dirigía todo y Elena la complaciente amante. El placer de ambos se mantenía en auge, máxime que cada vez que se veían, utilizaban distintos juguetes para darse placer mutuamente.
En los espacios en que descansaban, después de sexo duro, tumbados en la cama y abrazados, cada uno de ellos, hacía confidencias al otro. Con ella, no tenía que fingir. No la ocultaba nada, y atendía atento los consejos que le daba. Ella se encargaba de recordarle de vez en cuando, que por su influencia, había cogido el buen camino, abandonando las peleas y la bebida en la que se estaba iniciando cuando se hicieron amantes.
Christian no sabía si aquello que sentía por ella, era enamoramiento o simplemente estaba seducido por sus encantos. El sexo con ella era salvaje ¿ sería lo mismo en todas las parejas? No había conocido a otra mujer para poder comparar. Le tenía totalmente para ella sola. No le había tentado ninguna chica de la universidad. Charlaba con ellas amigablemente, como compañeros, pero ninguna cita, ningún beso robado, ni nada más allá del compañerismo. Tampoco tenía mucho interés en cambiar las cosas. Elena era todo su objetivo. No había nada que él no hiciera por ella. Era casi una obsesión, pero todo lo achacaba al sexo, y no al amor.


Hacía el segundo año de económicas y al mismo tiempo ciencias políticas. Era un alumno con una extraordinaria inteligencia, pero se aburría mortalmente en las clases universitarias. No terminaba de encajar allí. Tenía ambiciones, y las quería conseguir ya, y para ello maduraba en su cabeza un plan: dejar los estudios y emprender algún negocio. Había cumplido veinte años y se sentía capacitado para ello.
Decidido, una noche mientras cenaban, toda la familia reunida, planteó el tema.. Las voces de Carrick retumbaron en toda la casa. Era un hombre difícilmente alterable, pero al escuchar lo que su hijo le planteaba, no pudo por menos que enfurecerse
- Esta conversación se ha terminado - dijo dando un puñetazo en la mesa, que hizo saltar los cubiertos-. ¿ Sabes la locura que acabas de decir? Ahora, cuando tu vida se ha encarrilado, se te ocurre tamaña locura. Lo entendería si tu inteligencia fuera más limitada, o no te gustase lo que has elegido. Porque fuiste tú quién eligió esa carrera, y tu inteligencia es más que brillante. No, no y no.  Seguirás estudiando hasta que la termines. No hay más que hablar


Grace miraba atónita a su marido y a Christian. Lejos de estar enfurecido, el muchacho esperaba paciente a que su padre terminara de hablar, y cuando lo hizo, con toda la calma del mundo explicó
- Papá, no te exaltes de esa manera porque es inútil. He tomado mi decisión y cuando termine el curso, terminaré mi carrera universitaria. Escucha por favor lo que he planeado. Comenzaré con un negocio pequeño, pero confío en que pueda hacerlo mayor. No inmediatamente, por supuesto, pero si me ayudas, llegarás a estar orgulloso de mi
- Estamos orgullosos de ti - interrumpió Grace que ante una mirada de Carrick, guardó silencio
- Christian, te he dicho que terminarás la carrera. Si no lo haces, sintiéndolo mucho no tendrás nuestra ayuda. Si decides cometer la locura que nos has anunciado, tendrás que valértelas por ti mismo, porque yo no te daré ni un centavo. Que lo sepas. Si quieres ser independiente, empieza por serlo en todo
-¡ Carrick ! ¿ cómo puedes decir eso ? - exclamó furiosa Grace
- Es por tu bien, aunque ahora no lo veas claro. Pero quiero que mis hijos terminen sus estudios y que no dependan de sus padres para abrirse camino en la vida. ¿ Ha quedado claro ? pues bien doy por terminada la conversación


- De acuerdo - replicó Christian - Pero que lo sepas, este curso será el último. Y no te preocupes, me las arreglaré. Y ahora, sigamos la cena en paz
Tanto sus padres como sus hermanos, le miraban atónitos. Hasta no hace mucho tiempo, esa conversación hubiera sido motivo de un disgusto, y  ahora, con toda la calma del mundo,  proseguía partiendo su entrecot, como si tal cosa.
Sin embargo en la soledad de su habitación, repasaba dolorido la actitud de su padre, que comprendía, pero que no compartía. Allí no podía comentarlo con ninguno de ellos. Ni con Grace, porque compartía el criterio de Carrick. Ni con Elliot porque era de la opinión de ellos, ni con Mia, que por su juventud no sabía qué aconsejarle. Y su pensamiento voló hacia Elena. Ella le conocía bien y seguro que le apoyaría. Hablaría con ella, para despejar sus dudas y buscaría un trabajo para reunir algo de dinero y comenzar lo que tenía en mente.
Se reunieron a mediodía . No era extraño que les vieran juntos en un restaurante. Se trataba del hijo de unos amigos. Si acaso Linc se enteraba, eso le diría. Christian la contó lo que había hablado con sus padres, y la negativa de ellos a ayudarle. La dijo que buscaría un trabajo y ahorraría dinero, y cuando tuviera cierta cantidad emprendería un negocio. Comenzaría con tecnología. Conocía a un chico de la universidad que era un cerebrito. Había hablado con él, y estaba de acuerdo. En cuanto pudieran emprenderían el negocio.


Elena le escuchaba atentamente, y cuando Christian terminó le dijo rotunda algo que él no esperaba, y ni siquiera se le había pasado por la imaginación
- ¿ Cuanto dinero necesitarás para comenzar? - le dijo pausadamente
- Yo calculo que unos cincuenta mil dólares- respondió Christian
- Muy bien. Yo te prestaré cien mil. Cuando lo hayas puesto en marcha y comiences a ganar dinero, ya me los devolverás
- ¿ Me lo dices en serio ? ¿ Dispones de esa cantidad ?
- Por supuesto. Es tanto mio como de mi marido. Así que si,,  lo tengo. Sólo habré de buscar una excusa para justificarlo. El sabe que me encanta la peluquería. Le diré que voy a poner una y que necesito el dinero para la fianza e instalación del local
- ¿ Vas a ponerlo de verdad?
-Naturalmente que no. Es una excusa
- Pero si pasado el tiempo ¿ no la pones ?
- Ya se me ocurrirá algo.¿ Para cuándo lo necesitas?
- Primero terminaré este curso. Sólo faltan tres meses. Cuando termine, me despediré de la universidad.
- Muy bien. Cuenta con ello
Y el tiempo siguió su curso, y con ello el final de estudios y de la universidad. Pero comenzaba algo nuevo para él que cambiaría su vida, y la de Elena.




Basado en la trilogía de la escritora británica E L James, Cincuenta sombras de Grey
Autora del relato:  1996rosafermu
Ilustraciones:  Archivo 1996rosafermu
DERECHOS DE AUTOR RESEVADOS