Es temprano, pero Anastasia ya está despierta. Y ha vuelto a ocurrir, siempre que discutimos amanezco enroscado a su cuerpo con brazos y piernas, impidiéndole cualquier movimiento. La beso y ella se incorpora
.- Vuelve a dormir. Es temprano. Se que no lo has hecho muy bien por mi culpa. Discúlpame. Trato de no ser tan invasivo, pero inconscientemente en sueños te aprisiono para que no huyas de mi
- No huyo de ti, y lo sabes. No me voy a ir a ninguna parte.- Me observa mientras me quito el pijama para ir a la ducha. Y una vez más me río por la expresión tan... tan... excitante de su cara.
Ya vestido, me reúno con ella para desayunar. He de solucionar algún que otro problema y he de irme rápido. Parece que hoy no tiene mucho apetitto y solamente desea tomar un yogur griego con cereales. Se acostumbró en nuestro viaje de luna de miel. Y la verdad es que es un desayuno muy saludable. Gail nos deja solos, y es el momento de anunciarle que deberé ir a Nueva York en el fin de semana. Sólo un par de días como máximo
- Anoche se me olvidó decírtelo. Como verás tu también tienes la facultad de hacer que se me olviden las cosas. Podrías venir conmigo. Nos iríamos el jueves y pasaríamos el fin de semana allí ¿ qué te parece ?
- Me encantaría, Christian, pero me es imposible. Acabamos de venir de nuestro maravilloso viaje de novios. Quieres que me haga cargo de la editorial... no puedo faltar. tengo mucho atrabajo atrasado y además he concertado una comida de trabajo con un autor muy interesante
- Siendo así, mejor suspendo el viaje
Ella se ríe, porque sabe que lo he dicho en broma. Ha sido un comentario para indicarle que lo he comprendido, aunque me gustaría mucho viajar con ella, pero tiene razón. Yo voy hasta allí por negocios, y ella tiene que atender los suyos. Me pregunta si voy a ir en el Chrarlie, la respondo que no : iré en el jet. Es mucha la distancia que separa Seattle de Nueva York, par ir en helicóptero. Se que está preocupada, que no le gusta que viaje, pero no tengo más remedio. Me comprometí con Elliot en que le facilitaría una entrevista con un grupo de empresarios jóvenes que desean hacer grandes obras que serían muy beneficiosas para la empresa de mi hermano, que sería ampliada y aumentados sus puestos de trabajo...También está interesada en Leila y en su recuperación, creo que está algo celosa de ella. Absurdo, porque el interés que me mueve hacia ella, es que me siento responsable y deseo que se recupere y estabilice su vida. Está con su familia y acude a un curso de Bellas Artes, que yo costeo.
Taylor tose ligeramente para indicarme que ha llegado la hora de marcharnos. Levanto la barbilla de Ana y la beso profundamente a modo de despedida.
- En cuanto aterrice te llamaré para que estés tranquila -
Ella asiente con la cabeza y salimos del apartamento. Sawyer la llevará a la oficina. No puede ir ella sola ni tampoco conducir su coche. Tengo miedo desde los incidentes que hemos sufrido últimamente. También he aumentado la seguridad a mis padres.
Y por fin tras un largo viaje, hemos llegado a Nueva York. Mientras Taylor recoge la maleta y Stephan entrega la documentación, yo llamo a Anastasia, que me contesta de inmediato
- Te dije que te llamaría en cuanto llegásemos. Como verás soy un hombre de palabra.
- Christian, me ha llamado Kate. Quiere que vayamos esta noche a Zig Zag a tomar una copa y después vendremos al apartamento
- No Anastasia, no quiero que andéis por ahí. Quedaos en el piso y tomad todas las copas que queráis; incluso si se os hace tarde Kate puede quedarse en el cuarto de huéspedes, pero no quiero que salgas a la calle.
- Pero si llevo la seguridad. Hace mucho que no hablo con ella y sólo va a ser una copa
- No discutas Ana, No. Y cuando digo no, es no.
-Está bien se lo diré
- De acuerdo. No sé a que hora terminaré la reunión, si es temprano te llamaré, sino mañana, cuando comprenda que te has levantado lo haré. ¿ Vas a echarme de menos?
- Sabes que si. Es la primera vez que nos separamos , que no dormiremos juntos
- Oye, Taylor me está señalando el reloj. Vamos con el tiempo justo y sabes que no me gusta llegar tarde. Te quiero Ana, y no salgas. Me enteraré si lo haces, y entonces tendrás que medir las consecuencias
- ¿ Me estás amenazando?
- No cielo. Sabes que nunca te haría daño. Me voy cariño. Te quiero
-Yo también te quiero, Christian.
Tomamos un taxi que nos conducirá a mi apartamento en la Quinta Avenida. Deseo descansar un poco antes de la reunión. Dispongo de media hora. Me tumbo en la cama y miro hacia el techo pensando en Ana. La voy a echar mucho de menos. No se si esta noche podré dormir . Desde que duermo con ella, no me gusta hacerlo solo. Quiero sentirla junto a mi, escuchar su respiración y ver su rostro en cuanto abro los ojos. Unos golpes en la puerta me avisan de que es hora de empezar a prepararnos para la cena. Taylor me acompañará también al restaurante, aunque estará en una mesa próxima a la mía. Iremos a cenar a Cipriani.
He tenido la oportunidad de charlar con ellos por teléfono y nos hemos visto en Seattle una vez más, a cuya reunión acudió mi hermano. Son jóvenes emprendedores que comienzan su andadura en los negocios.
Mientras aguardo su llegada, llamo a Anastasia, pero no atiende mi llamada. Me extraña, pero no le doy demasiada importancia; miro el reloj y con la diferencia horaria, comprendo que posiblemente siga reunida con el autor que me comentó. Y al fin llegan mis invitados. Tomamos un aperitivo y charlamos amigablemente durante un rato, mientras nos sirven la cena. Vamos esbozando en qué consiste el negocio que desean emprender, y se pondrán al habla con Elliot. Se verán próximamente en Seattle. A los postres, con la excusa de ir al baño, voy hasta el vestíbulo y vuelvo a mandar un correo a Ana. Me tiene preocupado
- ¿ Donde estás ? - Tampoco obtengo respuesta, y mi intranquilidad va en aumento.
Taylor recibe una llamada de Sawyer en la que le indica que Anastasia está tomando copas con Kate en Zig Zag, desoyendo todas las indicaciones que le ha hecho.. Estoy deseando zanjar la entrevista y marcharme cuanto antes del restaurante. Nuevamente con la excusa que me han llamado de la oficina por algo que ha surgido, me ausento de nuevo y vuelvo a ponerle un correo, pero esta vez furioso, muy furioso
- ¿ Dónde coño estás ? - Espero un momento, pero nada, no responde.
Me disculpo ante mis invitados con el pretexto de que he de establecer contacto con mi secretaria para dictarle un documento que tendrá que cursar a primera hora de mañana.
-Idos acostumbrando-les digo bromeando, aunque mi ánimo está muy lejos de ser bromista. -Tendréis llamadas a horas intempestivas que habréis de atender inmediatamente, como me ocurre en este momento. Por tanto os ruego me disculpéis, pero he de marchar a casa para atender algunos asuntos complicados que han surgido-. Me despido de ellos y Taylor y yo nos vamos de allí inmediatamente
- Vamos al aeropuerto, Taylor, volvemos a casa.
Y hacia allí nos dirigimos sin pasar siquiera por el apartamento a recoger la maleta. Ya lo haré en otra ocasión. Ahora lo que me preocupa es lo que esté haciendo Anastasia. Stephan ya lo tiene todo listo a falta de los últimos papeles que serán entregados y en cinco minutos podremos despegar. Dentro del avión me siento nervioso, preocupado, y muy, muy enfadado. No paro de dar paseos por el interior del avión, y Taylor tiene que escuchar todos los improperios que salen de mi boca y aguantar mis nervios desatados. Por fin al cabo de muchas horas, que a mi se me hacen eternas, llegamos al aeropuerto. Cuando bajamos por la escalerilla, distingo a Wellch que nos aguarda. Todas mis alarmas se disparan porque nunca nadie ha venido a recogerme. Es tarde, de madrugada, y eso me dice que no es buena señal. A Taylor tampoco le gusta y nos miramos alarmados
- ¡ Wellch, ¿ ocurre algo ? ¿ Por qué has venido ?
- Verá señor Grey...- Mi impaciencia y alarma no le dejan continuar .
- ¿ Mi mujer?
- No, no. Todos estamos bien pero...
- Por amor de Dios, Wellch, di de una puñetera vez lo que ha pasado. Estoy a punto de que me de un ataque.
- Esta noche han estado a punto de secuestrar a su mujer
-¿ Qué ?
- Señor Grey, no se alarme
-¿ Que no me alarme ? Me estás diciendo que iban a secuestrar a mi mujer y¿ me dices que no me alarme ? ¿Quién, dónde ?
- Jack Hyde, señor Grey. Llamamos a la policía y ellos se lo llevaron. Todo ha vuelto a la normalidad.
La palidez en nuestros rostros se hace notoria. Creo que la sangre ha dejado de correr por mis venas. Ana, Dios mio, te creía a salvo de todo, pero no es así. Si la hubiera ocurrido algo... Rápidamente salimos del aeropuerto y nos dirigimos al Escala. Entro desesperado y Gail, me dice que tenga calma que todo se ha solucionado.
-¿ Dónde está Ana ?
-Esta durmiendo, señor Grey. Tuve que darle una taza de tila y una pastilla para que se tranquilizara. Ha sido terrible, unos momentos de mucha tensión, pero cuando llegó su señora, ya, los muchachos habían reducido a Hyde. Ella ni siquiera tuvo que presenciat la pelea. A mi me metieron el la habitación de seguridad, yo tampoco vi nada, pero a Ryan tuve que curarle, porque fue quién se llevo la peor parte. Ese hombre estaba como loco. Era como una fiera. La policía fue llamada por indicación de su esposa y enseguida vinieron. Nos hicieron preguntas y se marcharon de aquí muy de madrugada.
-¿ Tú estás bien ?- la pregunto
-Nerviosa aún, pero si, estoy bien. No se preocupe.
- Bien. Descansad todos ahora. Voy a ver a mi mujer
Me tiemblan las piernas tras el relato que la señora Jones ha hecho de lo ocurrido. Entro despacio en la habitación para no despertar a Ana, que duerme con una camiseta mia y en mi lado de la cama, abrazada a mi almohada. Estoy tan furioso y tan alarmado que distintos sentimientos se cruzan por mi cabeza. Querría cogerla y abrazarla fuerte: ha estado a punto de ser secuestrada y sabe Dios, de haberlo conseguido lo que esa fiera hubiera hecho con ella. , ¿ Cómo habrá entrado ese hijo de... en el apartamento ?
Pero también deseo castigarla por desobediente, aunque me puede más el primer pensamiento que el segundo. Yo también necesito calmarme, me desplomo en el sillón frente a ella y me sirvo un whisky, que en muy raras ocasiones bebo, pero hoy lo necesito.Y contemplo como duerme. Es algo que hago bastante a menudo; la ternura al verla tranquila y sin sobresaltos, es un bálsamo después de esta terrible noche. No sé la hora que es, pero los primeros rayos del sol, se filtran por el ventanal. Apuro mi copa y me sirvo otra. Hoy es una excepción, y me permito esa licencia. Odio el alcohol, pero necesito un trago. Me miro y compruebo que aún tengo el traje de la cena. El cuello de la camisa, desabrochado y la corbata colgando, me la quito , y observo como Anastasia se rebulle en la cama, y al cabo de unos instantes, abre los ojos.
-- ¡ Estás aquí ! - Me dice creo que aliviada. No sé si por lo ocurrido anoche o por mi regreso intacto. Quisiera descargar mi furia con ela. ¿ Por qué diantre salió de casa? Lo dejé bien claro. Pero al mismo tiempo, siento el impulso de correr hacia ella y abrazarla contra mi pecho. No quiero ni pensar que a estas horas hubiera podido estar en manos de ese canalla, y quién sabe si la hubiera atacado ó... Desecho ese pensamiento de mi mente,. No entra en mis cálculos vivir el resto de mi vida sin Ana.
Es ella la que se levanta de un salto y se acurruca entre mis brazos. No quiero dar mi brazo a torcer. Es tanta la furia y el enfado que siento, que las palabras no salen de mi boca, y sólo soy capaz de enterrar mi cara entre su cabello y apretarla fuerte contra mi. Tímidamete me pregunta si estoy enfadado ¿ Estoy enfadado? Estoy fuera de si. Lo que menos hubiera imaginado es que la querían secuestrar. Mi enfado se debía al hecho de no hacerme caso, pero lo otro... Son palabras mayores y aún me tiemblan las carnes al pensar en ello.
.- Vuelve a dormir. Es temprano. Se que no lo has hecho muy bien por mi culpa. Discúlpame. Trato de no ser tan invasivo, pero inconscientemente en sueños te aprisiono para que no huyas de mi
- No huyo de ti, y lo sabes. No me voy a ir a ninguna parte.- Me observa mientras me quito el pijama para ir a la ducha. Y una vez más me río por la expresión tan... tan... excitante de su cara.
Ya vestido, me reúno con ella para desayunar. He de solucionar algún que otro problema y he de irme rápido. Parece que hoy no tiene mucho apetitto y solamente desea tomar un yogur griego con cereales. Se acostumbró en nuestro viaje de luna de miel. Y la verdad es que es un desayuno muy saludable. Gail nos deja solos, y es el momento de anunciarle que deberé ir a Nueva York en el fin de semana. Sólo un par de días como máximo
- Anoche se me olvidó decírtelo. Como verás tu también tienes la facultad de hacer que se me olviden las cosas. Podrías venir conmigo. Nos iríamos el jueves y pasaríamos el fin de semana allí ¿ qué te parece ?
- Me encantaría, Christian, pero me es imposible. Acabamos de venir de nuestro maravilloso viaje de novios. Quieres que me haga cargo de la editorial... no puedo faltar. tengo mucho atrabajo atrasado y además he concertado una comida de trabajo con un autor muy interesante
- Siendo así, mejor suspendo el viaje
Ella se ríe, porque sabe que lo he dicho en broma. Ha sido un comentario para indicarle que lo he comprendido, aunque me gustaría mucho viajar con ella, pero tiene razón. Yo voy hasta allí por negocios, y ella tiene que atender los suyos. Me pregunta si voy a ir en el Chrarlie, la respondo que no : iré en el jet. Es mucha la distancia que separa Seattle de Nueva York, par ir en helicóptero. Se que está preocupada, que no le gusta que viaje, pero no tengo más remedio. Me comprometí con Elliot en que le facilitaría una entrevista con un grupo de empresarios jóvenes que desean hacer grandes obras que serían muy beneficiosas para la empresa de mi hermano, que sería ampliada y aumentados sus puestos de trabajo...También está interesada en Leila y en su recuperación, creo que está algo celosa de ella. Absurdo, porque el interés que me mueve hacia ella, es que me siento responsable y deseo que se recupere y estabilice su vida. Está con su familia y acude a un curso de Bellas Artes, que yo costeo.
Taylor tose ligeramente para indicarme que ha llegado la hora de marcharnos. Levanto la barbilla de Ana y la beso profundamente a modo de despedida.
- En cuanto aterrice te llamaré para que estés tranquila -
Ella asiente con la cabeza y salimos del apartamento. Sawyer la llevará a la oficina. No puede ir ella sola ni tampoco conducir su coche. Tengo miedo desde los incidentes que hemos sufrido últimamente. También he aumentado la seguridad a mis padres.
Y por fin tras un largo viaje, hemos llegado a Nueva York. Mientras Taylor recoge la maleta y Stephan entrega la documentación, yo llamo a Anastasia, que me contesta de inmediato
- Te dije que te llamaría en cuanto llegásemos. Como verás soy un hombre de palabra.
- Christian, me ha llamado Kate. Quiere que vayamos esta noche a Zig Zag a tomar una copa y después vendremos al apartamento
- No Anastasia, no quiero que andéis por ahí. Quedaos en el piso y tomad todas las copas que queráis; incluso si se os hace tarde Kate puede quedarse en el cuarto de huéspedes, pero no quiero que salgas a la calle.
- Pero si llevo la seguridad. Hace mucho que no hablo con ella y sólo va a ser una copa
- No discutas Ana, No. Y cuando digo no, es no.
-Está bien se lo diré
- De acuerdo. No sé a que hora terminaré la reunión, si es temprano te llamaré, sino mañana, cuando comprenda que te has levantado lo haré. ¿ Vas a echarme de menos?
- Sabes que si. Es la primera vez que nos separamos , que no dormiremos juntos
- Oye, Taylor me está señalando el reloj. Vamos con el tiempo justo y sabes que no me gusta llegar tarde. Te quiero Ana, y no salgas. Me enteraré si lo haces, y entonces tendrás que medir las consecuencias
- ¿ Me estás amenazando?
- No cielo. Sabes que nunca te haría daño. Me voy cariño. Te quiero
-Yo también te quiero, Christian.
Tomamos un taxi que nos conducirá a mi apartamento en la Quinta Avenida. Deseo descansar un poco antes de la reunión. Dispongo de media hora. Me tumbo en la cama y miro hacia el techo pensando en Ana. La voy a echar mucho de menos. No se si esta noche podré dormir . Desde que duermo con ella, no me gusta hacerlo solo. Quiero sentirla junto a mi, escuchar su respiración y ver su rostro en cuanto abro los ojos. Unos golpes en la puerta me avisan de que es hora de empezar a prepararnos para la cena. Taylor me acompañará también al restaurante, aunque estará en una mesa próxima a la mía. Iremos a cenar a Cipriani.
He tenido la oportunidad de charlar con ellos por teléfono y nos hemos visto en Seattle una vez más, a cuya reunión acudió mi hermano. Son jóvenes emprendedores que comienzan su andadura en los negocios.
Mientras aguardo su llegada, llamo a Anastasia, pero no atiende mi llamada. Me extraña, pero no le doy demasiada importancia; miro el reloj y con la diferencia horaria, comprendo que posiblemente siga reunida con el autor que me comentó. Y al fin llegan mis invitados. Tomamos un aperitivo y charlamos amigablemente durante un rato, mientras nos sirven la cena. Vamos esbozando en qué consiste el negocio que desean emprender, y se pondrán al habla con Elliot. Se verán próximamente en Seattle. A los postres, con la excusa de ir al baño, voy hasta el vestíbulo y vuelvo a mandar un correo a Ana. Me tiene preocupado
- ¿ Donde estás ? - Tampoco obtengo respuesta, y mi intranquilidad va en aumento.
Taylor recibe una llamada de Sawyer en la que le indica que Anastasia está tomando copas con Kate en Zig Zag, desoyendo todas las indicaciones que le ha hecho.. Estoy deseando zanjar la entrevista y marcharme cuanto antes del restaurante. Nuevamente con la excusa que me han llamado de la oficina por algo que ha surgido, me ausento de nuevo y vuelvo a ponerle un correo, pero esta vez furioso, muy furioso
- ¿ Dónde coño estás ? - Espero un momento, pero nada, no responde.
Me disculpo ante mis invitados con el pretexto de que he de establecer contacto con mi secretaria para dictarle un documento que tendrá que cursar a primera hora de mañana.
-Idos acostumbrando-les digo bromeando, aunque mi ánimo está muy lejos de ser bromista. -Tendréis llamadas a horas intempestivas que habréis de atender inmediatamente, como me ocurre en este momento. Por tanto os ruego me disculpéis, pero he de marchar a casa para atender algunos asuntos complicados que han surgido-. Me despido de ellos y Taylor y yo nos vamos de allí inmediatamente
- Vamos al aeropuerto, Taylor, volvemos a casa.
Y hacia allí nos dirigimos sin pasar siquiera por el apartamento a recoger la maleta. Ya lo haré en otra ocasión. Ahora lo que me preocupa es lo que esté haciendo Anastasia. Stephan ya lo tiene todo listo a falta de los últimos papeles que serán entregados y en cinco minutos podremos despegar. Dentro del avión me siento nervioso, preocupado, y muy, muy enfadado. No paro de dar paseos por el interior del avión, y Taylor tiene que escuchar todos los improperios que salen de mi boca y aguantar mis nervios desatados. Por fin al cabo de muchas horas, que a mi se me hacen eternas, llegamos al aeropuerto. Cuando bajamos por la escalerilla, distingo a Wellch que nos aguarda. Todas mis alarmas se disparan porque nunca nadie ha venido a recogerme. Es tarde, de madrugada, y eso me dice que no es buena señal. A Taylor tampoco le gusta y nos miramos alarmados
- ¡ Wellch, ¿ ocurre algo ? ¿ Por qué has venido ?
- Verá señor Grey...- Mi impaciencia y alarma no le dejan continuar .
- ¿ Mi mujer?
- No, no. Todos estamos bien pero...
- Por amor de Dios, Wellch, di de una puñetera vez lo que ha pasado. Estoy a punto de que me de un ataque.
- Esta noche han estado a punto de secuestrar a su mujer
-¿ Qué ?
- Señor Grey, no se alarme
-¿ Que no me alarme ? Me estás diciendo que iban a secuestrar a mi mujer y¿ me dices que no me alarme ? ¿Quién, dónde ?
- Jack Hyde, señor Grey. Llamamos a la policía y ellos se lo llevaron. Todo ha vuelto a la normalidad.
La palidez en nuestros rostros se hace notoria. Creo que la sangre ha dejado de correr por mis venas. Ana, Dios mio, te creía a salvo de todo, pero no es así. Si la hubiera ocurrido algo... Rápidamente salimos del aeropuerto y nos dirigimos al Escala. Entro desesperado y Gail, me dice que tenga calma que todo se ha solucionado.
-¿ Dónde está Ana ?
-Esta durmiendo, señor Grey. Tuve que darle una taza de tila y una pastilla para que se tranquilizara. Ha sido terrible, unos momentos de mucha tensión, pero cuando llegó su señora, ya, los muchachos habían reducido a Hyde. Ella ni siquiera tuvo que presenciat la pelea. A mi me metieron el la habitación de seguridad, yo tampoco vi nada, pero a Ryan tuve que curarle, porque fue quién se llevo la peor parte. Ese hombre estaba como loco. Era como una fiera. La policía fue llamada por indicación de su esposa y enseguida vinieron. Nos hicieron preguntas y se marcharon de aquí muy de madrugada.
-¿ Tú estás bien ?- la pregunto
-Nerviosa aún, pero si, estoy bien. No se preocupe.
- Bien. Descansad todos ahora. Voy a ver a mi mujer
Me tiemblan las piernas tras el relato que la señora Jones ha hecho de lo ocurrido. Entro despacio en la habitación para no despertar a Ana, que duerme con una camiseta mia y en mi lado de la cama, abrazada a mi almohada. Estoy tan furioso y tan alarmado que distintos sentimientos se cruzan por mi cabeza. Querría cogerla y abrazarla fuerte: ha estado a punto de ser secuestrada y sabe Dios, de haberlo conseguido lo que esa fiera hubiera hecho con ella. , ¿ Cómo habrá entrado ese hijo de... en el apartamento ?
Pero también deseo castigarla por desobediente, aunque me puede más el primer pensamiento que el segundo. Yo también necesito calmarme, me desplomo en el sillón frente a ella y me sirvo un whisky, que en muy raras ocasiones bebo, pero hoy lo necesito.Y contemplo como duerme. Es algo que hago bastante a menudo; la ternura al verla tranquila y sin sobresaltos, es un bálsamo después de esta terrible noche. No sé la hora que es, pero los primeros rayos del sol, se filtran por el ventanal. Apuro mi copa y me sirvo otra. Hoy es una excepción, y me permito esa licencia. Odio el alcohol, pero necesito un trago. Me miro y compruebo que aún tengo el traje de la cena. El cuello de la camisa, desabrochado y la corbata colgando, me la quito , y observo como Anastasia se rebulle en la cama, y al cabo de unos instantes, abre los ojos.
-- ¡ Estás aquí ! - Me dice creo que aliviada. No sé si por lo ocurrido anoche o por mi regreso intacto. Quisiera descargar mi furia con ela. ¿ Por qué diantre salió de casa? Lo dejé bien claro. Pero al mismo tiempo, siento el impulso de correr hacia ella y abrazarla contra mi pecho. No quiero ni pensar que a estas horas hubiera podido estar en manos de ese canalla, y quién sabe si la hubiera atacado ó... Desecho ese pensamiento de mi mente,. No entra en mis cálculos vivir el resto de mi vida sin Ana.
Es ella la que se levanta de un salto y se acurruca entre mis brazos. No quiero dar mi brazo a torcer. Es tanta la furia y el enfado que siento, que las palabras no salen de mi boca, y sólo soy capaz de enterrar mi cara entre su cabello y apretarla fuerte contra mi. Tímidamete me pregunta si estoy enfadado ¿ Estoy enfadado? Estoy fuera de si. Lo que menos hubiera imaginado es que la querían secuestrar. Mi enfado se debía al hecho de no hacerme caso, pero lo otro... Son palabras mayores y aún me tiemblan las carnes al pensar en ello.
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